Agricultura Ecológica

domingo, 20 de septiembre de 2015

Características Generales de los productos orgánicos:


La agricultura orgánica tiene diferentes definiciones y de igual manera diferente denominaciones, por lo que es sinónimo decir agricultura ecológica, agricultura sostenible, entre otros.
Podemos definir “agricultura orgánica” a un sistema de producción que trata de utilizar al máximo los recursos por hectárea, dándole énfasis a la fertilidad del suelo y la actividad biológica y al mismo tiempo, al minimizar el uso de los recursos no renovables y no utilizan fertilizantes y plaguicidas sintéticos para proteger el medio ambiente y la salud humana… (Fuente: ¿Qué es la agricultura orgánica? FAO).
Otra definición, según el reglamento CEE 2029/91 de la Comunidad Europea la producción orgánica es entendida como: “Sistema de manejo de explotaciones agrícolas que utilizan prácticas ambientalmente amigables para la cosecha de sus productos y que aplican mayores restricciones en el uso de fertilizantes y pesticidas”.
En general a la agricultura orgánica se le conoce por el uso de técnicas apropiadas que en principio evitan el uso de fertilizantes y plaguicidas sintéticos, pero tiene un alcance mayor, en la medida en que su propósito es llegar a una "producción agropecuaria limpia" y sostenida. En la actualidad existen varias concepciones de la agricultura orgánica, que se originan en interpretaciones filosóficas y en los diversos mecanismos o métodos que son utilizados para la obtención de productos sanos (libre de contaminantes) y ecológicamente (respeto y protección a la naturaleza) producidos.
El sistema de producción orgánica, procura potenciar los ciclos naturales de la vida, no la supresión de la naturaleza y por lo tanto es el resultado de la interacción dinámica del suelo, plantas, animales, seres humanos y el medio ambiente.
La agricultura orgánica se basa principalmente en el aprovechamiento adecuado de los recursos existentes localmente.
A continuación, se indican los principios básicos que identifican al procesamiento de productos provenientes de la agricultura orgánica:
Transición
Es el tiempo que transcurre entre la notificación a la Entidad Certificadora del comienzo del manejo orgánico de la finca o propiedad y la entrega de la certificación orgánica de los cultivos o ganadería al interesado o interesados.
La transición o conversión, se pueden lograr dentro de un período de tiempo, dependiendo del ciclo del cultivo y de las condiciones del manejo de la propiedad. Una finca puede ser convertida por etapas.
La totalidad de la producción vegetal o animal debe ser convertida, mediante un ¨Plan de Conversión¨ que básicamente debe cubrir aspectos pertinentes a las normas existentes sobre producción orgánica.
No esta permitido la producción simultanea de cultivos convencionales, en transición y/o orgánicos, a menos que estos puedan diferenciarse claramente unos de otros; en este último caso, el programa de certificación deberá contemplar inspecciones de verificación a todo el sistema productivo.
No se requerirá cumplir con todo el período o tiempo de transición, si se demuestra que previamente por varios años se han aplicado ciertas normas de producción orgánica.
Duración del Período de Transición
La duración del período de transición dependerá del uso anterior de la tierra y de la situación ecológica de la propiedad.
Las producciones que provienen de cultivos anuales (ciclo corto), pueden ser certificadas como orgánicos, cuando los requerimientos establecidos en la Normas, se hayan cumplido con un mínimo de doce meses antes del inicio del ciclo de producción (se incluye también a las praderas y pastizales).
Para los cultivos permanentes (excepto pastizales y praderas), pueden ser certificados como orgánicos, en la primera cosecha que se produzca después de por lo menos dieciocho meses de manejo orgánico de acuerdo a las Normas establecidas.
La historia del uso y manejo del suelo y las condiciones ambientales pueden motivar a que el programa de certificación prolongue el período de transición.
Los productos de la agricultura orgánica en proceso de transición, podrán ser vendidos como tales, cuando los requerimientos de la Norma hayan sido cumplidos, al menos en un período mínimo de doce meses.
Mantenimiento del manejo orgánico
•  Se recomienda certificar a la producción orgánica que evidencie mantenerse por largo tiempo.
•  La tierra y los animales certificados, no deben ir y regresar entre el manejo orgánico y el convencional.
Mantenimiento de la biodiversidad y recursos naturales
•  Se debe mantener y manejar apropiadamente las praderas extensivas como páramos o tierras de secano, setos, cercos vivos, grupos o líneas de árboles, huertos de frutales, tierra en descanso, bordes, cursos de agua, pozos, fuentes de agua, represas, pantanos y áreas de flora silvestre.
•  El programa de producción y certificación orgánica debe establecer normas para que un porcentaje mínimo del área de la finca, sea destinado a favorecer la biodiversidad y la conservación de la naturaleza.
Semillas y Plántulas
•  Las semillas y materiales de propagación, deben proceder de la producción orgánica certificada.
•  Se recomienda que las especies y variedades cultivadas, deben estar adaptadas a las condiciones de clima y suelo locales y ser resistentes a plagas y enfermedades.
•  Si no se dispone de semilla y material de propagación de procedencia orgánica, se pueden utilizar materiales convencionales sin tratamiento químico, pero el programa de certificación debe poner límites de tiempo para el requerimiento de estos materiales.
•  En la producción de la agricultura orgánica, no se permite el uso de semillas, polen, plantas o materiales de propagación que provengan de la ingeniería genética.
•  Se prohíbe el uso de funguicidas sintéticos o fumigantes del suelo para tratar semilleros, semillas o cualquier otra clase de material vegetal destinado a la obtención de plántulas.
Diversidad en la Producción Vegetal
La diversidad biótica en la producción vegetal se consigue, mediante la aplicación de prácticas agronómicas apropiadas como la combinación de:
•  Rotación de cultivos y
•  Una adecuada cobertura vegetal del suelo durante la mayor parte del año.
Para los cultivos de ciclo corto, se deberá exigir como práctica generalizada la diversidad de la producción vegetal, tanto en el tiempo, como en el espacio; esto es no se permitirá el monocultivo. Se recomienda para este tipo de cultivos una rotación permanente.
Políticas y manejo de la Fertilización
•  Para mejorar, o por lo menos mantener la fertilidad y la actividad biológica del suelo, la base de los programas de fertilización debe estar sustentado en la utilización de materiales biodegradables de origen microbiano, vegetal o animal producido en las propiedades orgánicas.
•  Se recomienda la utilización de abonos biodegradables, para minimizar las pérdidas de nutrientes.
•  Se debe evitar la acumulación de metales pesados y otros contaminantes.
Los fertilizantes minerales no sintéticos y otros abonos de origen biológico, deben considerarse como suplementos y no como sustitutos de los producidos en la finca.
•  El pH de los suelos debe mantenerse en niveles adecuados.
•  Debe establecerse límites de las cantidades de fertilizantes de origen biológico traídas de otras fincas, considerando las condiciones locales y el tipo de cultivo.
•  Para evitar riesgos de contaminación, debe evitarse la acumulación de estiércol en los corrales de animales, estableciendo normas específicas.
•  Para evitar la transmisión de plagas, enfermedades y parásitos en humanos, no debe utilizarse sus excrementos para la producción vegetal para consumo humano, excepto cuando se haya cumplido con los requerimientos sanitarios.
•  Los fertilizantes minerales deben ser aplicados al suelo en su estado natural y no se deben hacer tratamientos químicos para aumentar la solubilidad.
•  Como fuente de nitrógeno, se recomienda el uso de abono orgánico de origen animal debidamente procesados, abono verde, siembra de especies leguminosas para cubrir el suelo, inoculación de abonos con bacterias para ayudar a estabilizar los nutrientes, aplicación foliares a base de hierbas, estiércol y microorganismos en los cuales no se utilizan compuestos sintéticos en el procesamiento y la rotación de los cultivos.
•  El nitrato de chile y los fertilizantes nitrogenados sintéticos (amonio anhídrido/ amoniacal, nitrato de amonio, agua amoniacal, sulfato de amonio, nitrato de calcio y la úrea entre otros), están prohibidos ser utilizados para la producción orgánica.
•  Como fuente de fósforo, se recomienda la utilización de abonos avícolas, guano, huesos, estiércol de ganado, torta de semillas, harina de pescado, cenizas vegetales, extractos de plantas, fosfato rocoso y fosfato coloidal.
•  Está permitido su uso en la producción orgánica la escoria básica.
•  Se prohíbe la utilización de superfosfato simple (0-20-0) y el Superfosfato triple (0-46-0).
•  Para la fuente de potasio, se recomienda la utilización de Sulfato de magnesio y potasio (Sulpo-Mag), polvo de granito, arena fresca, basalto fino molido, sulfato de potasio, sosa y desechos marinos. Cenizas de madera, excepto de eucalipto, pino y ciprés.
•  Si se permite el uso de Potasa cáustica o Muriato de potasa (0-0-60).
•  Se prohíbe el uso de Nitrato de potasio, y el sulfato de potasio proveniente de procesos industriales sospechosos.
•  Se recomienda, que los programas de certificación deben establecer restricciones para el uso de insumos como el potasio mineral y los fertilizantes que contienen magnesio, elementos menores y aquellos que tiene un contenido alto de metales pesados. Igualmente debe haber una normativa para el manejo y la utilización del estiércol de origen animal.
Manejo de Plagas y Enfermedades
•  Las plagas y enfermedades de los cultivos, deberán controlarse por medio de técnicas que equilibren e incrementen la nutrición del suelo y levanten altos niveles de actividad biológica en el mismo.
•  Las siembras de los cultivos deben hacerse, tomando en cuenta los ciclos de las plagas y enfermedades, a fin de utilizar técnicas de control de bajo nivel contaminante.
•  La producción orgánica debe ser manejada de manera que minimice las perdidas producidas por plagas, enfermedades y malezas.
•  Debe procurarse el uso de cultivos y variedades adaptadas al medio ambiente local. La producción agrícola, debe darse en una forma natural.
•  Para prevenir el aparecimiento de plagas y enfermedades, se debe procurar el uso de variedades resistentes, cultivos asociados, cultivos intercalados, rotaciones adecuadas y fertilización equilibrada.
•  Se debe realizar un correcto manejo del agua para las plantas, porque de ello depende un adecuado control de hongos y bacterias patógenas en el suelo, para cultivos a campo abierto y especialmente bajo invernadero.
•  Debe removerse y eliminarse los tejidos enfermos de las áreas afectadas, especialmente para el caso de los frutales.
•  Debe controlarse los niveles excesivos de humedad, especialmente en los cultivos bajo invernadero, para evitar la presencia y el incremento de las plagas y enfermedades.
•  Las plagas y enfermedades deben controlarse con procedimientos culturales que limiten su desarrollo, como: abonos verdes, aplicación de abonaduras equilibradas, control mecánico y la preparación del suelo anticipadamente para romper el ciclo de la plaga.
•  Se debe proteger a los enemigos naturales de plagas y enfermedades, cuidando adecuadamente su hábitat y lugares de anidación.
•  Para el control de plagas y enfermedades, se permite la utilización de productos preparados en la finca a partir de plantas, animales y microorganismos del lugar.
•  La esterilización térmica del suelo para controlar plagas y enfermedades está restringido y sólo se permite en casos especiales cuando no se puede hacer una rotación apropiada o una renovación del suelo.
Manejo de las Malezas
Para el control de malezas en la producción orgánica se debe realizar:
•  Coberturas vivas a base de siembra de leguminosas de bajo fuste, especialmente para cultivos perennes (frutales y otros arbustos)
•  Cubrir el suelo con materiales orgánicos no tóxicos (mulch, abonos de origen vegetal y animal)
•  También es válido, el control manual (remoción de las malezas con herramientas agrícolas) y la siega mecánica.
•  Para el control de malezas es permitido, el control térmico y los métodos físicos para el manejo de plagas, enfermedades y malezas.
•  El equipo o maquinaria que ha sido utilizado en la producción convencional, debe ser limpiado adecuadamente y retirado los residuos antes de ser utilizado en áreas manejadas orgánicamente.
Como promotores y activadores del crecimiento vegetal, se pueden utilizar:
•  Extractos secos o líquidos de algas marinas, extractos de vegetales, preparaciones biodinámicas, inoculaciones a base de rhizobium.
•  El uso de herbicidas, fungicidas, insecticidas y reguladores de crecimiento sintéticos está prohibido.
•  La utilización de organismos o productos provenientes de la ingeniería genética está prohibido.
Control de la Contaminación
•  Debe utilizarse todas las medidas necesarias a fin de minimizar la contaminación interna y externa de la finca.
•  En caso de riesgo de contaminación, el programa de certificación debe contemplar límites para la utilización máxima de metales pesados y otros contaminantes y además pedir que se analicen los productos y las posibles fuentes de contaminación (suelo y agua) para conocer los niveles de contaminación.
•  Para cubrir las estructuras de los invernaderos, las coberturas del suelo, mallas contra insectos y las envolturas para ensilaje forraje, únicamente están permitidos los productos a base de polietileno y polipropileno u otros policarbonatos. No está permitido la utilización de productos a base de policloruros.
Conservación de Suelos y Agua
•  Los recursos agua y suelo deben ser manejados en una forma sostenible.
•  Debe utilizarse las medidas que sean necesarias para prevenir la erosión y salinización del suelo y el uso indebido y excesivo del agua y la contaminación de aguas superficiales o subterráneas.
•  Debe restringirse al mínimo el roce o limpieza del suelo, mediante la quema del material vegetal o restos de las cosechas.
•  El agua para el riego de los cultivos orgánicos, debe estar libre de contaminantes tóxicos.
•  Están prohibidos la tumba y el roce del bosque primario.
•  No se permite la explotación excesiva y el agotamiento de los recursos acuáticos.
Recolección de Materiales Origen Silvestre
•  La acción de recolectar debe contribuir al mantenimiento de las áreas naturales.
Cuando se "cosechen" los productos silvestres, debe tomarse en cuenta el mantenimiento y la sostenibilidad del ecosistema.
•  Los productos silvestres recolectados, pueden ser calificados como orgánicos si proceden de un sistema de crecimiento estable y sostenible.
•  El producto silvestre recolectado, no debe exceder el rendimiento sostenible del ecosistema o perjudicar la existencia de especies vegetales y animales, presentes en el área.
•  Se pueden certificar como productos orgánicos solo si provienen de áreas claramente definidas y que sean fácilmente inspeccionadas.
•  El área de recolección, debe estar a una distancia bastante alejada de los sistemas convencionales de producción agrícola y de los diferentes ambientes de contaminación.
•  El personal que realice la recolección de estos productos, debe ser claramente identificado, estar familiarizado con el mismo y conocer bien la zona de recolección.

CERTIFICACION DE LOS PRODUCTOS ORGANICOS
En la agricultura orgánica, la obtención de certificación es muy importante. Generalmente, creadas por agencias certificadoras privadas reconocidas a nivel mundial, pero también hay países que crean sus propias certificaciones nacionales. Así por ejemplo, si se desea exportar hacia Europa, Japón o EE.UU., el empresario deberá cumplir no solo con las certificaciones orgánicas convencionales, sino también con las nacionales, que generalmente son normas aplicadas al etiquetado. Es importante que la empresa certificadora sea reconocida oficialmente en el ámbito internacional.
En el caso específico de Guatemala, en la actualidad hay varios “productos orgánicos” que ya cuentan con certificados para la exportación: Moras, Café, Cardamomo, Algodón, Miel, y Vegetales.
Asimismo, Guatemala tiene una legislación nacional que regula el área de producción orgánica. Actualmente, la UE concedió al país “certificado como país productor de orgánicos”.
Nuestro país, ha tenido avances ejemplares en lo que se refiere a producción y comercialización de productos orgánicos, pues actualmente estos son amparados bajo el Fairtrade Labelling Organizations Internacional (asociación sin fines de lucro, que incluye organizaciones que comercializan bajo el “Sello de Comercio Justo”) y certificados por FLO-CERT GMBH, quien es responsable de la inspección y de la certificación de las organizaciones de productores y de los comerciantes conforme a los criterios del Comercio Justo. Para mayor información:http://www.flo-cert.net/flo-cert/main.php?lg=es
En la actualidad, existen varias empresas que tienen la Certificación de Fairtrade: 5 empresas productoras de miel; 25 empresas productoras y comercializadoras de café. (Fuente:www.fairtrade.net).

En el caso de América Latina, la agricultura orgánica constituyó para finales del 2007 4.2 millones de hectáreas, coordinado por casi 150,000 fincas. Guatemala tiene aproximadamente 3,000 fincas orgánicas, representando 14,746 hectáreas, equivalente a 0.33% de la agricultura tradicional en el país.(Fuente: SOEL– Survey, 2008).


Exigencias actuales del mercado alimentario mundial:(Manual de lombricultura.com)

Aquello de "ser" y "no parecer", hoy en día es una regla básica en el mercado alimentario. Si antes la apariencia, color, textura y sabor, eran las grandes cartas de presentación de los productos alimentarios que se transaban en los mercados desarrollados, ahora tales argumentos son insuficientes para su comercialización.

La creciente preocupación del consumidor informado por la inocuidad de los alimentos que adquiere, ha llevado a las grandes cadenas de supermercados a exigir garantías mucho más sólidas en los productos que comercializan. La mirada escrutadora en busca del menor indicio de contaminación, que antes sólo llegaba al puerto de embarque, cuando más al packing, actualmente se extiende hasta el predio mismo, donde se obtiene la producción.

Saber de qué región, provincia, comuna, predio, potrero, proviene el producto, con qué agua fue regado, qué aplicaciones fitosanitarias recibió, qué tratamientos de postcosecha se dieron, son requisitos que a la fecha ya se empiezan a exigir por los grandes comercializadores. Hoy , las grandes cadenas de supermercados, que en un futuro cercano serán la principal, quizás única, vía de comercialización de productos alimenticios, condicionan a sus proveedores a cumplir con las exigencias del consumidor.

Así como antes un consumidor en un supermercado escogía una fruta en virtud de su forma, color o textura, actualmente su decisión es bastante más prolija. El tradicional gesto de tomar un producto, llevarlo a la nariz y apretarlo con los dedos para comprobar su madurez, es reemplazado por una operación mucho más precisa. Con un lector de barra, chequea sobre la etiqueta adosada al producto, datos como variedad, lugar de origen, tipo de fertilizantes aplicados, agua de riego usada, día y hora de cosecha, embalaje, tiempo de viaje, entre otros indicadores.


Actualmente, el consumidor puede recorrer, con ese simple gesto, todo el trayecto productivo o cadena agroalimentaria del producto, desde el predio hasta su mesa. Indudablemente que su elección se inclina actualmente por el producto más sano e inocuo. Sólo aquél alimento que le da indiscutibles garantías de calidad, inocuidad y sanidad, en todo su proceso, pasa con éxito su riguroso escrutinio, siendo el consumidor, quien mediante sus exigencias, define qué y cómo producir y cuánto esta dispuesto a pagar por el producto.


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