La agricultura orgánica tiene
diferentes definiciones y de igual manera diferente denominaciones, por lo que
es sinónimo decir agricultura ecológica, agricultura sostenible, entre otros.
Podemos definir “agricultura
orgánica” a un sistema de producción que trata de utilizar al máximo los
recursos por hectárea, dándole énfasis a la fertilidad del suelo y la actividad
biológica y al mismo tiempo, al minimizar el uso de los recursos no renovables
y no utilizan fertilizantes y plaguicidas sintéticos para proteger el medio
ambiente y la salud humana… (Fuente: ¿Qué es la agricultura orgánica? FAO).
Otra definición, según el
reglamento CEE 2029/91 de la Comunidad Europea la producción orgánica es entendida
como: “Sistema de manejo de explotaciones agrícolas que utilizan prácticas
ambientalmente amigables para la cosecha de sus productos y que aplican mayores
restricciones en el uso de fertilizantes y pesticidas”.
En general a la agricultura
orgánica se le conoce por el uso de técnicas apropiadas que en principio evitan
el uso de fertilizantes y plaguicidas sintéticos, pero tiene un alcance mayor,
en la medida en que su propósito es llegar a una "producción agropecuaria
limpia" y sostenida. En la actualidad existen varias concepciones de la
agricultura orgánica, que se originan en interpretaciones filosóficas y en los
diversos mecanismos o métodos que son utilizados para la obtención de productos
sanos (libre de contaminantes) y ecológicamente (respeto y protección a la
naturaleza) producidos.
El sistema de producción
orgánica, procura potenciar los ciclos naturales de la vida, no la supresión de
la naturaleza y por lo tanto es el resultado de la interacción dinámica del
suelo, plantas, animales, seres humanos y el medio ambiente.
La agricultura orgánica se basa
principalmente en el aprovechamiento adecuado de los recursos existentes
localmente.
A continuación, se indican los
principios básicos que identifican al procesamiento de productos provenientes
de la agricultura orgánica:
Transición
Es el tiempo que transcurre entre
la notificación a la Entidad Certificadora del comienzo del manejo orgánico de
la finca o propiedad y la entrega de la certificación orgánica de los cultivos
o ganadería al interesado o interesados.
La transición o conversión, se
pueden lograr dentro de un período de tiempo, dependiendo del ciclo del cultivo
y de las condiciones del manejo de la propiedad. Una finca puede ser convertida
por etapas.
La totalidad de la producción
vegetal o animal debe ser convertida, mediante un ¨Plan de Conversión¨ que
básicamente debe cubrir aspectos pertinentes a las normas existentes sobre
producción orgánica.
No esta permitido la producción
simultanea de cultivos convencionales, en transición y/o orgánicos, a menos que
estos puedan diferenciarse claramente unos de otros; en este último caso, el
programa de certificación deberá contemplar inspecciones de verificación a todo
el sistema productivo.
No se requerirá cumplir con todo
el período o tiempo de transición, si se demuestra que previamente por varios
años se han aplicado ciertas normas de producción orgánica.
Duración del Período de
Transición
La duración del período de
transición dependerá del uso anterior de la tierra y de la situación ecológica
de la propiedad.
Las producciones que provienen de
cultivos anuales (ciclo corto), pueden ser certificadas como orgánicos, cuando
los requerimientos establecidos en la Normas, se hayan cumplido con un mínimo
de doce meses antes del inicio del ciclo de producción (se incluye también a
las praderas y pastizales).
Para los cultivos permanentes
(excepto pastizales y praderas), pueden ser certificados como orgánicos, en la
primera cosecha que se produzca después de por lo menos dieciocho meses de
manejo orgánico de acuerdo a las Normas establecidas.
La historia del uso y manejo del
suelo y las condiciones ambientales pueden motivar a que el programa de
certificación prolongue el período de transición.
Los productos de la agricultura
orgánica en proceso de transición, podrán ser vendidos como tales, cuando los
requerimientos de la Norma hayan sido cumplidos, al menos en un período mínimo
de doce meses.
Mantenimiento del manejo orgánico
•
Se recomienda certificar a la producción orgánica que evidencie
mantenerse por largo tiempo.
•
La tierra y los animales certificados, no deben ir y regresar entre el
manejo orgánico y el convencional.
Mantenimiento de la biodiversidad
y recursos naturales
•
Se debe mantener y manejar apropiadamente las praderas extensivas como
páramos o tierras de secano, setos, cercos vivos, grupos o líneas de árboles,
huertos de frutales, tierra en descanso, bordes, cursos de agua, pozos, fuentes
de agua, represas, pantanos y áreas de flora silvestre.
•
El programa de producción y certificación orgánica debe establecer
normas para que un porcentaje mínimo del área de la finca, sea destinado a
favorecer la biodiversidad y la conservación de la naturaleza.
Semillas y Plántulas
•
Las semillas y materiales de propagación, deben proceder de la
producción orgánica certificada.
•
Se recomienda que las especies y variedades cultivadas, deben estar
adaptadas a las condiciones de clima y suelo locales y ser resistentes a plagas
y enfermedades.
•
Si no se dispone de semilla y material de propagación de procedencia
orgánica, se pueden utilizar materiales convencionales sin tratamiento químico,
pero el programa de certificación debe poner límites de tiempo para el
requerimiento de estos materiales.
•
En la producción de la agricultura orgánica, no se permite el uso de
semillas, polen, plantas o materiales de propagación que provengan de la
ingeniería genética.
•
Se prohíbe el uso de funguicidas sintéticos o fumigantes del suelo para
tratar semilleros, semillas o cualquier otra clase de material vegetal
destinado a la obtención de plántulas.
Diversidad en la Producción
Vegetal
La diversidad biótica en la
producción vegetal se consigue, mediante la aplicación de prácticas agronómicas
apropiadas como la combinación de:
•
Rotación de cultivos y
•
Una adecuada cobertura vegetal del suelo durante la mayor parte del año.
Para los cultivos de ciclo corto,
se deberá exigir como práctica generalizada la diversidad de la producción
vegetal, tanto en el tiempo, como en el espacio; esto es no se permitirá el
monocultivo. Se recomienda para este tipo de cultivos una rotación permanente.
Políticas y manejo de la
Fertilización
•
Para mejorar, o por lo menos mantener la fertilidad y la actividad
biológica del suelo, la base de los programas de fertilización debe estar
sustentado en la utilización de materiales biodegradables de origen microbiano,
vegetal o animal producido en las propiedades orgánicas.
•
Se recomienda la utilización de abonos biodegradables, para minimizar
las pérdidas de nutrientes.
•
Se debe evitar la acumulación de metales pesados y otros contaminantes.
Los fertilizantes minerales no
sintéticos y otros abonos de origen biológico, deben considerarse como
suplementos y no como sustitutos de los producidos en la finca.
•
El pH de los suelos debe mantenerse en niveles adecuados.
•
Debe establecerse límites de las cantidades de fertilizantes de origen
biológico traídas de otras fincas, considerando las condiciones locales y el tipo
de cultivo.
•
Para evitar riesgos de contaminación, debe evitarse la acumulación de
estiércol en los corrales de animales, estableciendo normas específicas.
•
Para evitar la transmisión de plagas, enfermedades y parásitos en
humanos, no debe utilizarse sus excrementos para la producción vegetal para
consumo humano, excepto cuando se haya cumplido con los requerimientos
sanitarios.
•
Los fertilizantes minerales deben ser aplicados al suelo en su estado
natural y no se deben hacer tratamientos químicos para aumentar la solubilidad.
•
Como fuente de nitrógeno, se recomienda el uso de abono orgánico de
origen animal debidamente procesados, abono verde, siembra de especies
leguminosas para cubrir el suelo, inoculación de abonos con bacterias para
ayudar a estabilizar los nutrientes, aplicación foliares a base de hierbas,
estiércol y microorganismos en los cuales no se utilizan compuestos sintéticos
en el procesamiento y la rotación de los cultivos.
•
El nitrato de chile y los fertilizantes nitrogenados sintéticos (amonio
anhídrido/ amoniacal, nitrato de amonio, agua amoniacal, sulfato de amonio,
nitrato de calcio y la úrea entre otros), están prohibidos ser utilizados para
la producción orgánica.
•
Como fuente de fósforo, se recomienda la utilización de abonos avícolas,
guano, huesos, estiércol de ganado, torta de semillas, harina de pescado,
cenizas vegetales, extractos de plantas, fosfato rocoso y fosfato coloidal.
•
Está permitido su uso en la producción orgánica la escoria básica.
•
Se prohíbe la utilización de superfosfato simple (0-20-0) y el
Superfosfato triple (0-46-0).
•
Para la fuente de potasio, se recomienda la utilización de Sulfato de
magnesio y potasio (Sulpo-Mag), polvo de granito, arena fresca, basalto fino
molido, sulfato de potasio, sosa y desechos marinos. Cenizas de madera, excepto
de eucalipto, pino y ciprés.
•
Si se permite el uso de Potasa cáustica o Muriato de potasa (0-0-60).
•
Se prohíbe el uso de Nitrato de potasio, y el sulfato de potasio
proveniente de procesos industriales sospechosos.
•
Se recomienda, que los programas de certificación deben establecer
restricciones para el uso de insumos como el potasio mineral y los
fertilizantes que contienen magnesio, elementos menores y aquellos que tiene un
contenido alto de metales pesados. Igualmente debe haber una normativa para el
manejo y la utilización del estiércol de origen animal.
Manejo de Plagas y Enfermedades
•
Las plagas y enfermedades de los cultivos, deberán controlarse por medio
de técnicas que equilibren e incrementen la nutrición del suelo y levanten
altos niveles de actividad biológica en el mismo.
•
Las siembras de los cultivos deben hacerse, tomando en cuenta los ciclos
de las plagas y enfermedades, a fin de utilizar técnicas de control de bajo
nivel contaminante.
•
La producción orgánica debe ser manejada de manera que minimice las
perdidas producidas por plagas, enfermedades y malezas.
•
Debe procurarse el uso de cultivos y variedades adaptadas al medio
ambiente local. La producción agrícola, debe darse en una forma natural.
•
Para prevenir el aparecimiento de plagas y enfermedades, se debe
procurar el uso de variedades resistentes, cultivos asociados, cultivos
intercalados, rotaciones adecuadas y fertilización equilibrada.
•
Se debe realizar un correcto manejo del agua para las plantas, porque de
ello depende un adecuado control de hongos y bacterias patógenas en el suelo,
para cultivos a campo abierto y especialmente bajo invernadero.
•
Debe removerse y eliminarse los tejidos enfermos de las áreas afectadas,
especialmente para el caso de los frutales.
•
Debe controlarse los niveles excesivos de humedad, especialmente en los
cultivos bajo invernadero, para evitar la presencia y el incremento de las
plagas y enfermedades.
•
Las plagas y enfermedades deben controlarse con procedimientos
culturales que limiten su desarrollo, como: abonos verdes, aplicación de
abonaduras equilibradas, control mecánico y la preparación del suelo
anticipadamente para romper el ciclo de la plaga.
•
Se debe proteger a los enemigos naturales de plagas y enfermedades,
cuidando adecuadamente su hábitat y lugares de anidación.
•
Para el control de plagas y enfermedades, se permite la utilización de
productos preparados en la finca a partir de plantas, animales y microorganismos
del lugar.
•
La esterilización térmica del suelo para controlar plagas y enfermedades
está restringido y sólo se permite en casos especiales cuando no se puede hacer
una rotación apropiada o una renovación del suelo.
Manejo de las Malezas
Para el control de malezas en la
producción orgánica se debe realizar:
•
Coberturas vivas a base de siembra de leguminosas de bajo fuste,
especialmente para cultivos perennes (frutales y otros arbustos)
•
Cubrir el suelo con materiales orgánicos no tóxicos (mulch, abonos de
origen vegetal y animal)
•
También es válido, el control manual (remoción de las malezas con
herramientas agrícolas) y la siega mecánica.
•
Para el control de malezas es permitido, el control térmico y los
métodos físicos para el manejo de plagas, enfermedades y malezas.
•
El equipo o maquinaria que ha sido utilizado en la producción
convencional, debe ser limpiado adecuadamente y retirado los residuos antes de
ser utilizado en áreas manejadas orgánicamente.
Como promotores y activadores del
crecimiento vegetal, se pueden utilizar:
•
Extractos secos o líquidos de algas marinas, extractos de vegetales,
preparaciones biodinámicas, inoculaciones a base de rhizobium.
•
El uso de herbicidas, fungicidas, insecticidas y reguladores de crecimiento
sintéticos está prohibido.
•
La utilización de organismos o productos provenientes de la ingeniería
genética está prohibido.
Control de la Contaminación
•
Debe utilizarse todas las medidas necesarias a fin de minimizar la
contaminación interna y externa de la finca.
•
En caso de riesgo de contaminación, el programa de certificación debe
contemplar límites para la utilización máxima de metales pesados y otros
contaminantes y además pedir que se analicen los productos y las posibles
fuentes de contaminación (suelo y agua) para conocer los niveles de
contaminación.
•
Para cubrir las estructuras de los invernaderos, las coberturas del
suelo, mallas contra insectos y las envolturas para ensilaje forraje,
únicamente están permitidos los productos a base de polietileno y polipropileno
u otros policarbonatos. No está permitido la utilización de productos a base de
policloruros.
Conservación de Suelos y Agua
•
Los recursos agua y suelo deben ser manejados en una forma sostenible.
•
Debe utilizarse las medidas que sean necesarias para prevenir la erosión
y salinización del suelo y el uso indebido y excesivo del agua y la
contaminación de aguas superficiales o subterráneas.
•
Debe restringirse al mínimo el roce o limpieza del suelo, mediante la
quema del material vegetal o restos de las cosechas.
•
El agua para el riego de los cultivos orgánicos, debe estar libre de
contaminantes tóxicos.
•
Están prohibidos la tumba y el roce del bosque primario.
•
No se permite la explotación excesiva y el agotamiento de los recursos
acuáticos.
Recolección de Materiales Origen
Silvestre
•
La acción de recolectar debe contribuir al mantenimiento de las áreas
naturales.
Cuando se "cosechen"
los productos silvestres, debe tomarse en cuenta el mantenimiento y la
sostenibilidad del ecosistema.
•
Los productos silvestres recolectados, pueden ser calificados como
orgánicos si proceden de un sistema de crecimiento estable y sostenible.
•
El producto silvestre recolectado, no debe exceder el rendimiento
sostenible del ecosistema o perjudicar la existencia de especies vegetales y
animales, presentes en el área.
•
Se pueden certificar como productos orgánicos solo si provienen de áreas
claramente definidas y que sean fácilmente inspeccionadas.
•
El área de recolección, debe estar a una distancia bastante alejada de
los sistemas convencionales de producción agrícola y de los diferentes
ambientes de contaminación.
•
El personal que realice la recolección de estos productos, debe ser
claramente identificado, estar familiarizado con el mismo y conocer bien la
zona de recolección.
CERTIFICACION DE LOS PRODUCTOS
ORGANICOS
En la agricultura orgánica, la
obtención de certificación es muy importante. Generalmente, creadas por
agencias certificadoras privadas reconocidas a nivel mundial, pero también hay
países que crean sus propias certificaciones nacionales. Así por ejemplo, si se
desea exportar hacia Europa, Japón o EE.UU., el empresario deberá cumplir no
solo con las certificaciones orgánicas convencionales, sino también con las
nacionales, que generalmente son normas aplicadas al etiquetado. Es importante
que la empresa certificadora sea reconocida oficialmente en el ámbito
internacional.
En el caso específico de
Guatemala, en la actualidad hay varios “productos orgánicos” que ya cuentan con
certificados para la exportación: Moras, Café, Cardamomo, Algodón, Miel, y
Vegetales.
Asimismo, Guatemala tiene una
legislación nacional que regula el área de producción orgánica. Actualmente, la
UE concedió al país “certificado como país productor de orgánicos”.
Nuestro país, ha tenido avances
ejemplares en lo que se refiere a producción y comercialización de productos
orgánicos, pues actualmente estos son amparados bajo el Fairtrade Labelling
Organizations Internacional (asociación sin fines de lucro, que incluye
organizaciones que comercializan bajo el “Sello de Comercio Justo”) y
certificados por FLO-CERT GMBH, quien es responsable de la inspección y de la
certificación de las organizaciones de productores y de los comerciantes
conforme a los criterios del Comercio Justo. Para mayor
información:http://www.flo-cert.net/flo-cert/main.php?lg=es
En la actualidad, existen varias
empresas que tienen la Certificación de Fairtrade: 5 empresas productoras de
miel; 25 empresas productoras y comercializadoras de café.
(Fuente:www.fairtrade.net).
En el caso de América Latina, la
agricultura orgánica constituyó para finales del 2007 4.2 millones de
hectáreas, coordinado por casi 150,000 fincas. Guatemala tiene aproximadamente
3,000 fincas orgánicas, representando 14,746 hectáreas, equivalente a 0.33% de
la agricultura tradicional en el país.(Fuente: SOEL– Survey, 2008).
Exigencias actuales del mercado
alimentario mundial:(Manual de lombricultura.com)
Aquello de "ser" y
"no parecer", hoy en día es una regla básica en el mercado
alimentario. Si antes la apariencia, color, textura y sabor, eran las grandes
cartas de presentación de los productos alimentarios que se transaban en los
mercados desarrollados, ahora tales argumentos son insuficientes para su
comercialización.
La creciente preocupación del
consumidor informado por la inocuidad de los alimentos que adquiere, ha llevado
a las grandes cadenas de supermercados a exigir garantías mucho más sólidas en
los productos que comercializan. La mirada escrutadora en busca del menor
indicio de contaminación, que antes sólo llegaba al puerto de embarque, cuando
más al packing, actualmente se extiende hasta el predio mismo, donde se obtiene
la producción.
Saber de qué región, provincia,
comuna, predio, potrero, proviene el producto, con qué agua fue regado, qué
aplicaciones fitosanitarias recibió, qué tratamientos de postcosecha se dieron,
son requisitos que a la fecha ya se empiezan a exigir por los grandes
comercializadores. Hoy , las grandes cadenas de supermercados, que en un futuro
cercano serán la principal, quizás única, vía de comercialización de productos
alimenticios, condicionan a sus proveedores a cumplir con las exigencias del
consumidor.
Así como antes un consumidor en
un supermercado escogía una fruta en virtud de su forma, color o textura,
actualmente su decisión es bastante más prolija. El tradicional gesto de tomar
un producto, llevarlo a la nariz y apretarlo con los dedos para comprobar su
madurez, es reemplazado por una operación mucho más precisa. Con un lector de
barra, chequea sobre la etiqueta adosada al producto, datos como variedad,
lugar de origen, tipo de fertilizantes aplicados, agua de riego usada, día y
hora de cosecha, embalaje, tiempo de viaje, entre otros indicadores.
Actualmente, el consumidor puede
recorrer, con ese simple gesto, todo el trayecto productivo o cadena
agroalimentaria del producto, desde el predio hasta su mesa. Indudablemente que
su elección se inclina actualmente por el producto más sano e inocuo. Sólo
aquél alimento que le da indiscutibles garantías de calidad, inocuidad y
sanidad, en todo su proceso, pasa con éxito su riguroso escrutinio, siendo el
consumidor, quien mediante sus exigencias, define qué y cómo producir y cuánto
esta dispuesto a pagar por el producto.
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